Fue un grave error de Presidentorra, el proclamar Girona capital de la Catalunya auténtica. No es que esta mi ciudad no sea lo suficientemente casposa, ñoña y pagada de sí misma para merecer tal honor, pero no hay duda de que Vic, en la Catalunya profunda, simboliza aún mejor la republiqueta que un día nos quisieron endosar. Si ya hace un tiempo Vic fue noticia porque su megafonía callejera recordaba a los sufridos viandantes -al más puro estilo orwelliano- la existencia de no sé qué presos políticos, ahora el ayuntamiento niega la celebración de actos si estos difieren de la opinión de la mayoría de la población. Eso no se le ocurrió ni al pobre Orwell, que antes imaginó pensar a un cerdo que a Anna Erra, alcaldesa de Vic.
Plaza cerrada Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
La Catalunya real es Vic
El coche que ha embestido las cruces amarillas en Vic.
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