Hasna tiene 18 años. Se desolló las manos y se las dejó en carne viva porque se las lavaba con gel casi 100 veces al día. Llegaba a gastar un botecito diario. Se empeñó en que toda su familia debía dejar los zapatos en la puerta al entrar. No compartía las comidas, se encerraba en su cuarto con su plato. Por supuesto no les permitía entrar en su habitación, cuyo suelo limpiaba cada día con lejía. Si veía la tele con los demás, lo hacía con mascarilla y guantes.
¿Mañana puedes ser tú?
Cuando se habla de salud mental, hay pacientes de primera y locos peligrosos
El problema de la salud mental entre los jóvenes.
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