Serie Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Las Olimpiadas del calamar

Netflix ha perfeccionado el arte de introducir el contenido extranjero en la dieta audiovisual del público más occidental, derribando barreras como la del idioma

El juego del calamar. Cedida por Netflix. SOLO USO EDITORIAL

Mucho se ha hecho de rogar Netflix confirmando que 'El juego del calamar', la serie coreana que revolucionó los hogares de todo el mundo el otoño pasado, tendrá una segunda temporada. La renovación de la que ya es la serie más vista en la historia de la plataforma se daba por hecho. Hasta la fecha acumula más de 1.500 millones de horas vistas, lo que supone que 150 millones de personas la han reproducido de principio a fin, más de la mitad de los clientes suscritos a la célebre plataforma. Por el momento no se sabe cómo le darán continuidad. Su creador, Hwang Dong-hyuk, asegura tener muchas ideas para la nueva entrega. Y también ha confirmado que el vencedor de los juegos, (¡alerta spoiler!) Seong Gi-hun, formará parte del reparto. Poco más se sabe de esta serie que durante un mes acaparó conversaciones, titulares y hasta denuncias de padres y profesores, angustiados porque los niños habían convertido en pasatiempo del recreo emular 'El juego del calamar'. Y más vale que nos vayamos preparando. “El universo acaba de empezar”, dijo Ted Sarandos, máximo responsable de contenidos de la plataforma, al confirmar la renovación. La serie regresará inflada de esteroides a golpe de inversión, dispuesta a superar las cotas del éxito alcanzado con la primera temporada. La mercantilización de una serie que encierra semejante crítica hacia el sistema capitalista resulta francamente irónica.