Con el corazón atravesado por el afilado cuchillo de la decepción, el autor de esta columna, que ha permanecido a bordo del barco de Ousmane Dembélé aun después de que el propio futbolista saltara por la borda como aquel capitán del 'Costa Concordia' que para justificar su irresponsable y cobarde huida en medio de un naufragio aseguró que se había caído al bote salvavidas porque iba borracho, ha dicho basta. Hasta aquí. ‘Nunca mais’. ‘Nevermore’. Se acabó lo de presentar como extravagancias geniales las jaimitadas de un tipo que ni siquiera fue capaz de ponerse bien el brazalete del FC Barcelona el día en que, tras una serie de catastróficas desdichas, le tocó ser capitán durante un cuarto de hora en un partido ante el Ferencvaros y que ahora, en pleno ERE encubierto de la primera plantilla, exige una prima de renovación y un sueldo disparatado para quedarse en el club. Dembélé, ‘plus jamais’.
Análisis
El desequilibrio de Dembélé
Ousmane Dembélé, el pasado 18 de diciembre en un partido contra el Elche. /
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