Justo antes de la llegada de la pesadilla pandémica, en febrero de 2020, en Barcelona convocamos a la comunidad china en la Casa Gran del Ayuntamiento. Queríamos darles confianza y decirles que no, que no hacía falta que se autoconfinaran, que esto generaba pánico y no valía la pena sobreactuar, porque estábamos sanitariamente muy protegidos. La comunidad china catalana está conectada a los medios de comunicación y redes sociales, cierto, pero a los chinos. Estaban muy conmovidos por los sucesos de Wuhan. Desde el Ayuntamiento preparamos el envío de mascarillas y EPIs para las ciudades amigas chinas, como Shanghái. Nos las pedían desbordadas por la dramática situación. No nos dio tiempo. Llegó una chica barcelonesa italiana en avión y ¡boom!: estalló la pandemia aquí. El resto ya lo conocemos...
Ágora
El virus 'boomerang'
Los países solo podrán controlar la pandemia si lo hacen articulados globalmente y bajo principios de cooperación transnacional y justicia global
Una mujer se vacuna contra el covid en Fira de Barcelona. /
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