Por desgracia, son muchos los países que registran altos niveles de corrupción, intolerables brechas internas de desigualdad, desatención generalizada a las necesidades básicas de la mayoría de la población, altos niveles de desempleo, malestar social y falta de expectativas de mejora. Y Kazajistán, desde luego, es uno de ellos. Aun así, son pocos los que experimentan un proceso de protestas como el que arrancó la pasada semana en las calles de un país que, pese a su inmensidad –es el noveno del mundo en extensión–, está poblado por menos de 19 millones de personas (con una edad media menor de 30 años).
Inestabilidad en Asia Central Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Kazajistán, ¿otra revolución de color?
Como ya ocurrió en las que terminaron conociéndose como revoluciones de colores, es elemental entender que hay actores externos interesados en rentabilizar las circunstancias actuales para intentar llevar el agua a su molino
Un grupo de policías antidisturbios hace frente a los manifestantes en Alma Ata Alma, en Kazajistán. /
Temas
Lo más visto
- Niño Becerra lanza un aviso a los que van a pedir una hipoteca: "A partir del mes de junio..."
- ERC busca desgastar a Junts apuntando hacia la número dos de Puigdemont
- Los comercios del extinto Llobregat Centre de Cornellà perdonan 1,3 M de deuda a cambio de "malvender" sus locales
- El Govern convoca de urgencia a Renfe para abordar el "desastre diario en Rodalies" tras el fallo en la renovación de los títulos gratuitos
- Los Mossos buscan a los sospechosos de cometer un crimen en la Barceloneta