Análisis

Incierta semana rusa

  • Hay que evitar la guerra en Ucrania, pero sin ceder un ápice en reforzar la seguridad común ante la creciente asertividad de Vladimir Putin

El presidente ruso, Vladimir Putin, en una foto del pasado mes de junio. / EVGENIA NOVOZHENINA / REUTERS

Vladimir Putin ha conseguido que su diplomacia impregne la agenda global. En apenas cuatro días Rusia se sienta junto a EEUU en Ginebra, luego visitará la OTAN en Bruselas y, antes de que acabe la semana, los emisarios del Kremlin se reunirán en la OCDE. Tal vez haya que regresar al final de la guerra fría para encontrar un momento donde Rusia fuera tan estratégica. La diferencia es que, entonces, en plena descomposición del imperio soviético, su voz apenas contaba. Ahora, en cambio, parece que vuelve a lo mas frío de aquellos tiempos de confrontación.

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