Historia arrebatada Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Devolver lo robado

Museos alemanes van a retornar un millar de bronces del reino de Benín (hoy Nigeria) robados por las tropas británicas en 1896

Lord Elgin, en el centro, con los relieves del Partenón recién llegados a Londres. / GETTY IMAGES / CHRIS WARE

Atesorar obras de arte antiguas es una pasión relativamente reciente. Los bereberes, por ejemplo, no la entienden y por eso funden sin remordimientos joyas antiguas para fabricar otras nuevas y más brillantes. Es cierto que en la antigua Roma hubo un auténtico furor por obras maestras de la escultura de la Grecia clásica que viajaron a Italia para ornar templos, foros, monumentos y palacios. Un caso famoso que cimentó la inicial fama de Cicerón como abogado fue la condena de Cayo Verres, un gobernador sinvergüenza de Sicilia que traficaba con obras de arte expoliadas de sus templos y palacios. Pero con las invasiones bárbaras se olvidaron esos refinamientos al igual que desaparecieron las alcantarillas de las ciudades.