En una escena del final de 'Qué bello es vivir', Clarence, el ángel que conseguirá por fin las alas que le convertirán en un ángel de primera, pide “un vino bien calentito, con canela y clavo”. También beben ese brebaje cuando todos celebran que George Bailey haya vuelto a la vida y haya descubierto que su presencia hace que el mundo sea un lugar más habitable. Cada año, y hace unos cuantos, vuelvo a llorar con una película que ya me sé de memoria y que siempre es nueva, siempre está a punto de enseñarte nuevos rincones. Es una historia nítida y sencilla y, a la vez, está llena de repliegues, con un guion memorable y un extraordinario James Stewart como el hombre corriente que se desespera y ríe, que se hunde y planta cara.
Pros y contras Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Reunidos en torno a Capra
Cada año vuelvo a llorar con 'Qué bello es vivir', que ya me sé de memoria y que siempre es nueva, siempre está a punto de enseñarte nuevos rincones
Fotograma de ’Qué bello es vivir’.
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