Salud Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Menstruarás con dolor

De nuevo, el puritanismo interponiéndose entre nosotras y nuestro bienestar. ¿Cómo puede ser escandaloso conocer el propio cuerpo?

Una mujer, en un supermercado de Barcelona. / ARCHIVO / CARLOS MONTAÑÉS

De pequeña, la última cosa que quería en este mundo era que me viniera la regla. Qué pereza, qué asco, qué vergüenza, qué incomodidad. Finalmente me vino a los 15, por suerte, cuando ya me había relajado un poco con el tema. Aparte de la vergüenza que comporta menstruar en una sociedad donde es tabú, no sentía ningún dolor. Y pensaba que las chicas que se quejaban eran unas exageradas, que estaban poniendo excusas. Con los años, sin embargo, han ido apareciendo. Y no son graves, pero son molestos. Vivo en unos de los lugares más privilegiados del mundo para tener la regla y aun así continúa siendo un inconveniente, porque implica bajar el ritmo o directamente parar. Las reglas más plácidas de nuestras vidas fueron durante la pandemia, confinada en casa.