Inmersión lingüística

Dejemos la lengua en paz

La dialéctica acción-reacción entre los dos nacionalismos en escena ha tomado como rehén la lengua: la subasta identitaria se adentra en un terreno sensible

Manifestación por las calles de Canet de Mar por el catalán en la escuela, el pasado 10 de diciembre. / Anna Mas

El círculo vicioso del ‘posprocés’ sigue activo. Ahora la dialéctica acción-reacción entre los dos nacionalismos en escena –el catalán y el español– ha tomado como rehén la lengua. La subasta identitaria se adentra así en un terreno sensible que amenaza la convivencia. Lo advertí en mi artículo ‘La lengua de los otros’ (11 de noviembre de 2021): el bilingüismo no es un déficit de la sociedad catalana, sino un superávit. Aprendemos desde pequeños que el nombre de las cosas no se confunde con las cosas –una ‘taula’ es una ‘mesa’– y, a la vez que aprendemos a leer y a escribir, aprendemos también a tener una visión plural de la realidad.