Club de Educación y Crianza de EL PERIÓDICO

Otra Nochebuena que no cenamos con la suegra

Para los que jugamos en la liga del Grinch, el covid es la excusa perfecta para evitar poner el pie en casa ajena. Todo sea por preservar la salud física y mental.

Fotograma de la película ’El Grinch’. / E. P.

Si el año pasado, cuando las vacunas solo estaban en el horizonte, la gran familia española no renunció a la Navidad, este año menos. Con el suero metido en el cuerpo, el miedo ante el virus disminuye y hay un aspecto de nuestra vida a la que poquísima gente está dispuesta a renunciar: las cenas y comidas con familiares, amigos y compañeros de trabajo. Puede que la fiesta -sobre todo si es multitudinaria y se realiza en un local mal ventilado- acabe en un brote. Pero estamos en diciembre y nada ni nadie les impedirá juntarse en la mesa. El año pasado ni siquiera El Almendro volvió a casa por Navidad. Por primera vez, desde los años 80, la marca de turrones no emitió su entrañable anuncio en televisión. Pero este año la familia Flores nos recuerda que sí, que ahora se impone la vuelta a casa por Nochebuena. Lo mismo que Campofrío, cuyo spot nos insta a tener vida social para dejar de ser unos amargados. ¿Quién teme a ómicron?