Artistas callejeros Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Grafiti

Conviene distinguir al artista callejero del 'tagger' que siente la necesidad de marcar el territorio con su acrílica micción

Grafiti en la calle de Puiggarí, en Barcelona.

Con la turra de lo sucia que está la ciudad de Barcelona no queda otra que calzarse las katiuskas y salir a comprobarlo. Resulta que no era para tanto: las aceras discurren limpias, motos aparte, las papeleras no desbordan, la gente recicla más o menos y, salvo alguna mascarilla, el panorama dista del apocalipsis zombi que pronosticaba la Barcelona pospandémica. Al levantar la vista del suelo puede, no obstante, comprenderse mejor esa sensación de abandono. Los grafitis proliferan formando un zócalo que en algunas calles del centro se acumula hasta la costra.