Apunte Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Una Constitución ¿intocable?

La fragmentación del Parlamento y la polarización política, que impide hasta los acuerdos de Estado, hacen prácticamente imposible cualquier cambio en la Carta Magna, aunque solo fuera quirúrgico

Celebración del 43º aniversario de la Constitución, en la imagen Pedro Sanchez y Meritxell Batet. / David Castro

Cuando los constituyentes cerraron con siete llaves el texto de la Carta Magna lo que les preocupaba eran las amenazas de involución, que haberlas, las había y muchas en el aparato de poder franquista, como se pudo comprobar con la intentona golpista del 23-F de 1981 y otras. Así que idearon un sistema de reforma constitucional tan complejo que ahora parece imposible siquiera intentarla. Hubo momentos, cuando imperaba el bipartidismo imperfecto, en que hubiera sido más fácil. Solo hacía falta la valentía de los gobernantes y un acuerdo entre el PSOE y el PP. Pero Felipe González no creyó oportuno abrir lo que le parecía una caja de Pandora, con más riesgos que ventajas, y a José María Aznar, que llegó con retraso a la querencia constitucional, no le pareció necesario. Luego, Rodríguez Zapatero amagó, sin éxito, porque Mariano Rajoy no se interesó por ese asunto ni en la oposición ni después en el Gobierno.