Hace unos años, en Dubai, pude comprobar cómo vivían los trabajadores inmigrantes (la mayoría nepalís, indonesios o paquistanís), en algunos de los barrios alejados de los fastuosos rascacielos o también al abrigo de las grandes construcciones, en unas condiciones infrahumanas. Son la base sobre la que se asienta la euforia inmobiliaria desorbitada. En Qatar, ocurre lo mismo. The Guardian, hace meses, denunció que, a raíz de las obras para el Mundial de fútbol, había contabilizado a 6.500 trabajadores fallecidos. Esto, sin contar con la vida miserable de los dos millones que prácticamente están esclavizados. Será muy bonito este Mundial, que ya nació bajo el estigma de la corrupción y que se jugará a mayor gloria de la hipocresía internacional.
Pros y contras Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Poder ir a Qatar, pero sin besarse
Será muy bonito este Mundial de Qatar, que ya nació bajo el estigma de la corrupción y que se jugará a mayor gloria de la hipocresía internacional
Mundial de Qatar 2022.
Lo más visto
- El destino de Daniel Sancho se debate ahora entre la cárcel amable de Samui y la despiadada de Bangkok
- ¿Qué supermercados triunfan más en Catalunya? La 'pole position' de la gran distribución alimentaria se distancia de su competencia
- Este domingo puedes visitar el bosque del Prat que solo abre 10 veces al año
- Buenas noticias: si naciste este año, cobrarás el 100% de la pensión de jubilación
- Catalunya se encomienda a las próximas lluvias y al deshielo para dejar atrás la emergencia por sequía