Normalización de la ultraderecha Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

¿Por qué se blanquea a Vox?

Si la derecha mediática mima al partido de Abascal es por algo más que por la simple defensa de la unidad patria. La verdadera cuestión de fondo es que se ha convertido en la única posibilidad del PP para acceder a la Moncloa

El líder de Vox, Santiago Abascal, en el Congreso este miércoles / Susana Vera / Reuters

Y de repente, Vox. El partido ultra ha logrado otro éxito mediático en su doble e inversa estrategia en Andalucía y Madrid. Mientras dejaba al agonizante presidente andaluz a las puertas de unas nuevas elecciones tras tumbarle los presupuestos, profundizaba su romance con Díaz Ayuso en Madrid, y pactaba con ella las cuentas del próximo ejercicio. Lo que aparentemente es contradictorio es en realidad una táctica muy bien pensada y mejor ejecutada: se trata de tensionar hasta el límite, buscar el máximo rendimiento mediático e imponer una agenda ideológica que se cuela o le permiten colarse, como una lluvia fina, en todos los medios. Fíjense, si no, en las condiciones que ha negociado Vox a Ayuso, y que esta ha aceptado sin despeinarse: la revisión de las leyes LGTBI regionales, todavía por concretar pero con aires evidentemente homófobos, una auditoría de tintes racistas sobre la atención a los menores extranjeros no acompañados (conocidos como menas) y al mismo tiempo un aumento en la gratuidad de la escolarización entre 0 y 3 años. Da igual si Vox bascula entre el populismo racista o la demagogia obrerista, emulando la antigua estrategia del Frente Nacional de Le Pen, la cuestión de fondo es que la normalización de su ideología avanza indefectiblemente en la mayoría de noticiarios, que compran su estrategia y lo tratan como si se tratara de un partido más.