El trasluz

Sábanas como mortajas

Jamás habría podido imaginar que la tinta de los bolígrafos pudiera helarse. Viene a ser como si se te helara la sangre en las venas. Les sucede a los niños pobres que viven en un poblado de Madrid llamado la Cañada Real

Un vecino palea la nieve en la Cañada Real de Madrid. / José Luis Roca

Jamás habría podido imaginar que la tinta de los bolígrafos pudiera helarse. Viene a ser como si se te helara la sangre en las venas. Lo de helarse la sangre en las venas es una metáfora. Lo de la tinta del bolígrafo es cierto. Les sucede a los niños pobres que viven en un poblado de Madrid llamado la Cañada Real. En este poblado llevan más de un año sin luz, de modo que en invierno hace mucho frío, tanto que, cuando los niños intentan hacer los deberes, el bolígrafo no responde porque resulta que su tinta se ha congelado. La sangre sigue corriendo por el interior de las venas de los críos, pero la tinta se ha solidificado dentro del tubito de plástico que se parece a un capilar del cuerpo humano.

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