Análisis

La pistola atascada de Memphis Depay

Memphis se lamenta tras desperdiciar una ocasión ante el Benfica. / Jordi Cotrina

Raymond Chandler tenía un consejo para todos aquellos que quisieran dedicarse a escribir novela negra: “En caso de duda, haz que entre un tipo con una pistola”. El Barça de Xavi Hernández empieza a ahuyentar con su juego algunas (solo algunas) de las muchas dudas que el funesto 'esloquehayismo' de Ronald Koeman sembró en la parroquia blaugrana (y en los jugadores, a juzgar por las imprudentes pero reveladoras declaraciones de Óscar Mingueza), pero no logra encontrar al tipo de la pistola. Descartados temporalmente para el puesto Ansu Fati, Sergio Agüero y Martin Braithwaite por sus diversas dolencias, en la lluviosa noche del martes quedó claro que el pistolero de Xavi no se llama Philippe Coutinho (que ante el Benfica no jugó ni un minuto y cuya cotización en el mercado se acerca peligrosamente a la de una cerilla usada) ni Luuk de Jong (que ni siquiera salió a la banda a calentar y que por el bien de todos debería abandonar el club en el mercado de invierno) y se abrió, ay, un enorme interrogante sobre Memphis Depay.