Apunte Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El reto de las mayorías cualificadas

Sería conveniente no confundir la deseabilidad de que los integrantes del Tribunal Constitucional gocen de amplios consensos con una suerte de neutralidad ideológica

Enrique Arnaldo comparece ante la comisión de nombramientos del Congreso de los Diputados, el pasado 2 de noviembre. / David Castro

La propuesta de Enrique Arnaldo como candidato a ocupar una de las 12 plazas del Tribunal Constitucional ha creado un importante debate político y mediático, también en el seno de la coalición gubernamental, y del propio PSOE. A ojos de muchos, el perfil ideológico y profesional del jurista no encaja con el que sería deseable para ocupar el máximo órgano de control de constitucionalidad de un Estado. A pesar de todo, este jueves se refrendan en el pleno del Congreso de Diputados las cuatro propuestas de nombres enunciadas hace unos días, fruto de un acuerdo entre PSOE y PP que permite renovar una parte del TC, asegurando el apoyo de las tres quintas partes de los escaños de la Cámara baja requeridos para tal finalidad.