Muerte de Georgie Dann Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Sol, hormigón y barbacoa

Las letras de sus canciones, bobas y chabacanas, reflejaban una época de estereotipos machistas y racistas, que hoy nos parece superada

Georgie Dann, fotografiado en 2013 / Julio Carbó

'El chiringuito, el chiringuito'... Se ha muerto Georgie Dann. Sus canciones no me gustaban, pero estos días han vuelto a sonar y ahora no me las quito de la cabeza. Me doy cuenta de que conocía muchos de esos ritmos repetitivos, que cada verano se volvían más facilones y por lo tanto también más presentes en las playas. Empezaban por Lloret y Salou, Magaluf y Benidorm, y de allí iban conquistando nuestras orejas como un virus. ¡Incluso se bailaban en las fiestas de las bodas, por Dios! Georgie Dann era francés y, como otros cantantes de su país —Joe Dassin, Francis Cabrel—, en los años 70 probó suerte en castellano y ya se quedó. Al principio su acento era fuerte y tenía una actitud entre seductora, chuleta y divertida, acentuada por las camisas con lentejuelas y las chicas guapas. Podría haber sido el malo en una novela negra de Sébastien Japrisot —a las de Simenon no llegaba.

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