Décima avenida

Colau en su búnker

Ser atacada de forma continua desde muchos foros no convierte en injusta toda crítica dirigida a la gestión de la alcaldesa

Ada Colau, durante el pleno municipal de julio pasado. / ACN / BLANCA BLAY

Algunos sectores de Barcelona no aceptaron ni entendieron que Ada Colau, la activista, se convirtiera en alcaldesa de la ciudad. No supieron (o quisieron) verlo venir, y no quisieron (o supieron) adaptarse a ello. Su ceguera quedó expuesta de forma casi impúdica en la contienda electoral del 2019, cuando hubo quien consideró una buena idea presentar a un exprimer ministro francés a calzón quitado como candidato de cierto establishment bajo la bandera de Ciutadans, un lote de lo más completo. El resto es historia para las facultades de Políticas, incluido ese cliffhanger perverso para los promotores de la jugada maestra que fue que Colau acabara repitiendo como alcaldesa gracias justamente al puñado de concejales de esa fracasada operación política. 

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