Conocidos y saludados Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El ruido de la paz

Por la mañana, Arnaldo Otegi había expresado el dolor por lo que no debiera haberse producido nunca. Por la tarde, dejaba abierta la puerta a apoyar los Presupuestos a cambio de la salida de los presos. Y se armó el belén. Como si la política democrática no fuera un constante intercambio de cromos

Arnaldo Otegi. / EFE / Javier Etxezarreta

Mantener la tradición en tiempo de incertidumbre equivale a agarrarse a lo conocido. Una manera de esconderse ante la sacudida de lo que queda por conocer. Algo de esto pensaría Pablo Casado cuando recurrió a ETA como si la banda siguiera en activo y estuviera encarnada en Bildu. No era una novedad, solo que el vendaval alteraba los escaños del Congreso el día del 10º aniversario del anuncio del final del terrorismo. Y así se representó un nuevo capítulo del rifirrafe habitual de las mañanas de los miércoles que más que celebrar la paz simulaba añorar la guerra.