He tenido la suerte de pasar diez días fuera del mundo. Durante este tiempo -que se me ha hecho corto- no he sabido nada de las subidas del precio de la luz (por tanto, no me he cabreado), ni tampoco del enésimo peor día del volcán de La Palma (y no he sufrido), ni de la que se lio el doce de octubre en un desfile que no me interesa (pero que sigo cada año, y siempre me indigno), ni de ninguna otra cosa que haya pasado en el mundo real. De la concesión del Premio Nobel de Literatura me enteré en un ascensor y aún no sé deletrear el nombre del autor tanzano sobre quien ha recaído. De todo lo demás, ni idea.
Festival de Sitges Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
En otros mundos
He vivido el apocalipsis, he cazado lobos y brujas, he sentido pánico de la oscuridad, he matado veganos y he soñado que me devoraba un zombi. Y he sido feliz junto a todos ellos, lejos de todo, frente al idílico mar
Personas haciendo cola para entrar al Festival de Sitges 2021.
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