Los presidentes, sin excepción, se cansan de sus propios discursos de política general porque les salen largos y al final no tienen más remedio que desgranar las promesas departamento por departamento, asomando entonces la modestia del gobierno autonómico. Por eso empiezan siempre por lo retórico para retomar la épica en las últimas frases. Pere Aragonès se presentó como un presidente atrincherado en su entusiasmo para retrasar todo lo que pueda su aterrizaje en la realidad, sabiendo que esta aceptación le enfrentará todavía más con sus socios de gobierno.
Apunte Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
La vehemencia que disimula la nada
Aragonès leyó un alegato sobre las bondades de la independencia e hizo un esfuerzo evidente para hacer desaparecer al Estado español de las vidas de los catalanes, para acabar admitiendo que algunos de sus proyectos están en manos del Estado
Barcelona 28/09/2021 Política. Pere Aragonés interviene en el Pleno del Parlament FOTO de FERRAN NADEU /
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