Parece que tenemos un problema con los "encuentros informales en un espacio público al aire libre, generalmente de jóvenes y a menudo de noche, para consumir bebidas alcohólicas a bajo precio y en abundancia, muchas veces mezcladas en grandes botellas". Es decir, con los 'botellots', que es así como los califica en catalán el Termcat, el organismo que incorpora y certifica neologismos, en una de las mejores definiciones que he leído nunca, una de las más ajustadas a la realidad. Se han dejado "macro", claro, pero esta es la novedad de última hora, esta acumulación ingente de ciudadanas y ciudadanos que irrumpen en plazas, avenidas y playas para disfrutar de la fiesta no programada o, en todo caso, sin una agenda explícita. El Termcat (que yo creo que Albert Batlle consulta antes de hacer declaraciones: cuando dice "ingesta" me emociona) describe todos los condicionantes necesarios: sin protocolo, juventud, nocturnidad, pimplar, barato, mucho. Y también incorpora el sacudir de la botella de litro y medio (aunque no dice que es de plástico) que imita a la tradicional coctelera. Quizás se olvida de la violencia y los destrozos, pero ya se sabe que los diccionarios siempre llegan un poco tarde.