BARRACA Y TANGANA

Los alguien

En la adolescencia, mi madre me decía que me vistiera con algo elegante porque salíamos a comer a un restaurante, o algo así, y yo aparecía --lógicamente- con la camiseta del Liverpool

Reynir Sandgerði. / TWITTER

Hay gente que piensa que las cosas caen del cielo, pero no. Pudiste jugar un partidillo de fútbol después de la comunión de tu primo porque alguien tuvo la fantástica idea de llevar una pelota. Pudiste tirar unos penaltis en un descampado, al acabar aquella noche de fiesta, porque alguien esconde siempre con astucia un balón en el maletero del coche. Pudiste jugar un rondo en el párking de aquel estadio, justo antes de entrar a ver cómo perdía tu equipo, porque alguien anticipó que podrías necesitar una pelota en algún momento del viaje. Yo suelo ser ese alguien. En todo grupo de amigos que se precie existe ese alguien. Y nadie nos agradece esas cosas, pero no importa. Nos apoyamos entre nosotros los 'alguien'.