El elogio de la naturaleza como espectáculo ha hecho mucho daño. Hay quienes contemplan el paisaje, los fenómenos naturales, como la máxima expresión de la belleza, en estado puro, sin interferencias humanas. Más genuina, más auténtica que ninguna obra de arte. Es el hombre ante el mundo, ante la montaña altiva, el mar airado, los ríos salvajes o los saltos impetuosos de agua. O ante (y bajo) la erupción de un volcán.
Pros y contras Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
El espectáculo del volcán
Qué daño, el de la naturaleza y su elogio. Acabamos diciendo tonterías colosales o caemos por la azucarada pendiente de los románticos
Así es (y así era) el volcán en erupción de La Palma
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