Durante un período de los años 70 Afganistán tuvo una república que, entre otros efectos, abrió el país al turismo. Fue posible visitar el valle de Bamiyán y sus Budas, testimonio impresionante de un arte que comenzó con la llegada de Alejandro Magno a aquellas tierras. Reinos de influencia griega permitieron que, por primera vez, se hicieran representaciones de Buda en esculturas que se basaban en las imágenes del dios Apolo. Los Budas de Bamiyán eran testigos de un período muy especial de la historia del mundo que los talibanes destruyeron en marzo de 2001. Ahora, la retirada de los ejércitos occidentales ha dejado Afganistán, sus mujeres, sus hombres y su cultura bajo el control de grupos extremistas. La reacción de algunos gobiernos europeos ha sido la de preocuparse porque lleguen inmigrantes de ese país. Encerrarse en una fortaleza dejando que fuera se puedan producir todo tipo de desastres humanitarios y culturales es una posición que no parece justa ni sostenible.
Lucha contra la pandemia Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Los Budas de Bamiyán y las vacunas contra el covid
Si dejamos que el virus corra sin control, en muchos países pueden ir apareciendo nuevas variantes que acabarán llegando a Europa
Proyección de la imagen de buda en el hueco que dejó el monumeto original, que destruyeron los talibanes. /
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