Fatiga procesista Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Una Diada fría

La fiesta nacional catalana llega en horas bajas y probablemente el único récord que se batirá será el de la desmovilización

Una ’senyera’ en un balcón de Barcelona. / IOSU DE LA TORRE

A diferencia de lo sucedido a lo largo de la última década, este año la movilización independentista con ocasión de la fiesta nacional catalana parece bastante adormecida. Desde 2012, cuando tuvo lugar la multitudinaria manifestación convocado por la ANC bajo el lema ‘Catalunya, nou Estat d’Europa’, la festividad se convirtió en una exhibición de fuerza del movimiento independentista, que en muchas ocasiones servía de preludio para un otoño caliente. Así fue en aquella ocasión que antecedió a la disolución anticipada del Parlament por parte de Artur Mas tras la negativa de Mariano Rajoy ni tan siquiera a hablar sobre el pacto fiscal y que supuso el pistoletazo de salida del ‘procés’ tras la asunción del compromiso de celebrar un referéndum de autodeterminación, o dicho eufemísticamente, de ejercer el derecho a decidir. También sucedió en 2014 coincidiendo con el tricentenario de la derrota de 1714 con la Via Catalana que recorrió el país de norte a sur y que calentó motores de cara a la consulta del 9N. En 2015 la Via Lliure a la República Catalana abarrotó la Meridiana justamente el día que empezaba la campaña electoral a las mal denominadas elecciones plebiscitarias de 2015. La Diada de 2017 ya venía caliente después del lamentable comportamiento del independentismo los días 6 y 7 de septiembre aprobando las leyes de transitoriedad jurídica y del referéndum, automáticamente suspendidas por el TC, y que iniciaron la senda de la desobediencia que culminó con la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre y con la fallida declaración de independencia del 27 de octubre. La aplicación del artículo 155 y el encarcelamiento de los líderes políticos y activistas independentistas añadió el argumento de la represión a las reivindicaciones de la Diada de 2018 que se movilizó nuevamente de forma masiva en la Marxa per la Llibertat. La diada de 2019 fue la antesala del más caliente de los otoños catalanes y esta vez, no solo en sentido figurado, a raíz de los deplorables disturbios que se sucedieron en Barcelona y otras localidades catalanas después de la sentencia del ‘procés’. E incluso en 2020, en pleno estado de shock como consecuencia de la pandemia tuvo lugar una manifestación física y virtual con el telón de fondo de la inminente cita electoral como consecuencia de la inhabilitación de Quim Torra.