Pros y contras Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

El espectador 999.999

Este año habrá una persona que habrá comprado la entrada de Temporada Alta que será el espectador 1 millón, en la 30ª edición del festival de teatro de otoño

Un momento de ’entre chien et loup’, lo último de Christiane Jatahy, que podrá verse en Temporada Alta. / © MAGALI DOUGADOS

Había una canción que se llamaba 'El turista 1.999.999' y la cantaban Los Stop. En plena efervescencia del turismo como fenómeno social, en los años 60, narraba la historia del pobre desgraciado que bajó demasiado deprisa del avión a Mallorca y no recibió las atenciones que las autoridades de la época dispensaban al turista 2 millones. Este año habrá una persona que habrá comprado la entrada de Temporada Alta que será el espectador 1 millón, en la 30ª edición del festival de teatro de otoño. No le homenajearán, pero, como en la canción, disfrutará igual, en este caso de la experiencia escénica. Como dijo Salvador Sunyer, el alma de este evento único, singular, milagroso, "el teatro no te cambia la vida; te cambia la mirada". Desde 1992, Temporada Alta ha hecho esto. Ha cambiado la mirada -es decir, la percepción del mundo- a un público que se ha hecho mayor con el festival y que ha aprendido que la cultura es un ejercicio de ciudadanía y una eclosión de libertad crítica. El teatro, como dice el director uruguayo Sergio Blanco, explica dos historias: "Estoy enamorado y tengo miedo de morirme". Aquí se resume todo. El espectador 999.999 acaba de reservar un asiento para volver a comprobarlo. A vivirlo.

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