Cumbre Gobierno-Govern Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Reunión bilateral, daños colaterales

El necesario encuentro entre el Estado y la Generalitat pone al presidente del Gobierno en un difícil dilema: ceder ante Catalunya en cuestiones de financiación o agraviar al resto de autonomías y suscitar el recelo entre las baronías socialistas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe en la Moncloa al ’president’ de la Generalitat, Pere Aragonès, el pasado 29 de junio. / EUROPA PRESS / R. RUBIO

Nos ocurre a menudo cuando nos negamos a acudir por despecho a cierto tipo de fiestas. Pensamos que nuestra ausencia nos va a convertir en protagonista del evento y comidilla de los invitados para sofoco del anfitrión, pero este último guarda un as en la manga y suelta un par de perlas que convierten el cóctel en una velada llevadera y agradable para el resto de asistentes. La consecuencia de ese golpe de efecto es que ya nadie recae en el ausente. Esto es más o menos lo que le ha ocurrido a Pere Aragonès con su negativa a asistir a la conferencia de presidentes, de cuyo plante se habló y escribió con vehemencia en las horas previas y al término de la cual dejó de ser relevante en cuanto Pedro Sánchez anunció la adquisición de 3,4 millones de vacunas adicionales de Pfizer y la gestión para las autonomías de 10.500 millones de los fondos europeos, el nuevo foco de fricción enarbolado por el Govern para mantener la tensión con el Ejecutivo.