Vecino en problemas Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Hechos y no solo palabras

Es necesario que nuestras declaraciones de solidaridad con la democracia tunecina se vean acompañadas por una política decidida que le ayude a crear empleo y a combatir el terrorismo y la corrupción

Una mujer protesta en Túnez. / EFE

Las noticias que llegan esta semana de Túnez son malas. El presidente Kais Saied, un profesor elegido en 2019 con el 70% de los votos, ha invocado el artículo 80 de la Constitución para asumir todos los poderes, destituir al primer ministro y suspender el Parlamento durante 30 días. Lo ha hecho con el respaldo de la cúpula militar (aunque luego ha destituido al ministro de Defensa), al tiempo que amenaza con fuertes sanciones a los que a partir ahora alteren el orden ciudadano. Saied dice que lo hace para “salvar el país” y ha anunciado que pronto nombrará otro primer ministro y que gobernará por decreto-ley hasta que se restaure la normalidad democrática. Pinta feo.

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