Memoria histórica Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Eran golpistas, son golpistas

El PP es la tapadera silenciosa de la ofensiva brutal que el 'Deep State' enfurecido y de extrema derecha cocina a fuego lento desde hace tiempo contra Pedro Sánchez, Podemos y todos los que pretenden alguna reforma

Casado (centro) y el exministro Rafael Arias Salgado (izquierda) escuchan las palabras del también exministro Ignacio Camuñas, este lunes en un acto del PP en Ávila. / Europa Press / Guastavo Serrano

No hay nada que ejemplifique mejor el momento exacto en el que se encuentra España que la media sonrisa de Pablo Casado cuando el exministro Ignacio Camuñas proclamaba que “en 1936 no hubo un golpe de estado”. Es la misma media sonrisa que el PP exhibe desde hace años ante las fantasías fascistas de Pío Moa o la violencia verbal de Hermann Tertsch, la misma media sonrisa ante Vox y la extrema derecha y ante los que niegan el golpe del 36, que es la mejor forma de simpatizar con él y con el olvido de la masacre que vino después. La misma media sonrisa ante los escraches paramilitares en la casa de Pablo Iglesias, hasta que no tuvo más remedio que retirarse la política. Y la misma media sonrisa ante la brutal sentencia del Supremo, ante las irregularidades del juicio del ‘procés’ que ya empiezan a asomar por Europa, y ante las salvajadas nepotistas del Tribunal de Cuentas, del que el PP no cuenta que quien lo preside es Manuel Aznar, el hermano mayor del ínclito expresidente, uno de los muchos colocados tras un superdedazo y el correspondiente sueldo de más de 100.000 euros: no es ninguna casualidad que la media sonrisa ante Camuñas la viéramos el mismo día en el que el Tribunal de Cuentas aceleraba su ofensiva enloquecida contra varios exaltos cargos de la Generalitat.