Conocidos y saludados

Una cuestión de principios

La nueva ministra de Justicia se enfrenta a uno de los mayores retos de este país: adaptar la legislación y renovar un sistema judicial que tiene en el bloqueo político la coraza visible de una armadura interior mucho más compleja

La nueva ministra de Justicia, Pilar Llop, durante su comparecencia en la Moncloa el 14 de julio.  / POOL MONCLOA / BORJA PUIG

La tranquilidad no es amiga de los gobiernos. El ritmo que impone la inmediatez dictada por las redes y la globalidad informativa expuesta por los medios no conceden tregua. Ahí tenemos a la nueva ministra de Justicia. Pocas horas después de asumir el cargo, sin apenas haber podido tomarle las medidas al despacho oficial, se vio obligada a comparecer para acatar discrepando la sentencia del Tribunal Constitucional acerca del primer estado de alarma. El del confinamiento. Aquel que, lejano ya en el calendario, la nueva virulencia de la pandemia lo mantiene amenazante e impide olvidarlo. Y sin olvido no hay perdón.