Recuerdo

Mi padre

Después de toda una vida llamando, mi padre recibió la llamada que hacía tres años que estaba esperando: la de Jordi Sànchez como hombre libre

Xavier Folch.

Mi padre es la única persona que he conocido que no llamaba para hablar sino para escuchar. "Hola", decía siempre, sin el nombre. "¿Alguna novedad?", añadía a continuación. Y así conseguía que fuera yo el que siempre tuviera que arrancar la conversación, el que iniciara nuestro repaso diario a la familia, los libros, la política, el Barça y, para contestar su pregunta, cualquier cosa nueva e interesante que hubiera pasado aquel día bajo la capa del cielo. Mi padre te obligaba a diseñar la escaleta, a llevar el peso de la conversación, y ahora al final, a sacar todos los temas, pero era él, con sus silencios, sus puntualizaciones, sus referencias cruzadas (un libro siempre llevaba a otro, una persona a un recuerdo, un gol a otro parecido o mejor del pasado), quien daba todo el sentido a nuestras llamadas.