En la entrevista que esta semana le hizo Carlos Alsina, Pablo Casado se postuló para relevar a Pablo Iglesias como el político español que invariablemente está cabreado con el mundo y que confunde argumentación con descalificación. Casado domina el estilo. Todo su discurso es una agria crítica del otro. Por lo menos, debería aplicarse el consejo de Churchill y no criticar al Gobierno de su país en el extranjero. Me consta que el espectáculo que ha dado estos días en Bruselas no ha sido nada bien recibido. Dejan de escucharle cuando deslegitima el Gobierno Sánchez con la misma brocha gorda que utilizan algunos independentistas. Núñez Feijóo y Moreno Bonilla son la prueba de que hay otra manera de hacer política.
La cuestión catalana
Historia de dos entrevistas
El PP parece empeñado en que el tono sea el peor de los posibles y el PSC/PSOE parece incapaz de desmentir los argumentos que sustentan el crecimiento del independentismo
Pablo Casado, el 14 de junio en Madrid, en la presentación de la convención que el PP hará en octubre. /
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