Mientras PP y Vox se desgañitan contra el Gobierno, mientras en Catalunya algunos siguen tratando de convertir cada acto en una trinchera, Pedro Sánchez ha escogido la senda del paso a paso. A su vez, Pere Aragonès ha rebajado la gestualidad de sus antecesores (¿imaginamos a Quim Torra ante el acto del Liceu?). Serenidad, prudencia y los fondos europeos que vienen. Si juegan bien sus cartas, ambos presidentes tienen la oportunidad de alargar sus mandatos. Hasta la patronal y los obispos han bendecido el rumbo con su apoyo a los indultos. Y hay más vientos que les impulsan.
Pros y contras
La senda útil
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, saluda al president de la Generalitat, Pere Aragonès, durante un acto en Foment del Treball a principios de mes.
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