ANÁLISIS

De Ramos al hermano de Maite Laporta

Florentino Pérez y Sergio Ramos, en el acto de despedida del defensa. / Efe

SE LES VA SERGIO RAMOS.- Han coincidido dos cosas: el mito madridista quería rebañar su carrera con más dinero del que estaba dispuesto a pagar el Real Madrid, y Florentino vio que podía sacarse por fin de encima a un jugador viejo, caro, cascado por las lesiones y ya ordeñado hasta el límite. El Ser Superior, al mismo tiempo, se libera de la sombra de quien era tan símbolo del club merengue como él mismo o como lo fue Cristiano Ronaldo. Y de cara a los integristas y nostálgicos, sin que parezca que la decisión es suya.

¿Con qué camiseta repartirá estopa o arrastrará sus lesiones a partir de ahora el sevillano? En Barcelona provoca escalofríos la posibilidad de que vaya y manche la imagen del City, que gracias a Guardiola es la segunda marca muchos azulgrana. Se aceptaría mejor que fuera al club-negocio con menos prestigio del mundo, el París SG, y que en su declive final y sin árbitros españoles ayude lo menos posible al traidor Neymar en sus ganas de ganar la Champions y el Balón de Oro.

LA EUROCOPA, BIEN, GRACIAS.- Se multiplican los favoritos. Algunos comparan a la muy eficiente Italia y los buenos ramalazos de Inglaterra, Bélgica y Holanda con los valores seguros de Francia y Alemania. La Eurocopa, en su faceta de escaparate de figuras a las que el Madrid sueña fichar, quien de momento deslumbra más es Mbappé, a quien el Bernabéu ya considera medio suyo. Pero el torneo no ha hecho más que empezar, tiene mucho recorrido por delante y se afianzarán otras estrellas más baratas.

Morata lamenta una ocasión fallada ante Suecia.

/ Efe /Kiko Huesca

Aunque por sus fallos clamorosos ante la portería los medios de comunicación castellanos no recuerdan a la afición que Morata es jugador del Real Madrid, es una falacia repetir que en la selección no hay futbolistas blancos. Está él. Tal vez lo dicen porque para ellos aún sería peor que se dijera que Morata resume las virtudes balompédicas madridistas en el equipo del Viva España.

Visto desde Barcelona, la gran figura de la selección es otra. Se llama Luis Enrique, conocido por su tozudez, ahora con el gran gesto táctico de creer poco en los máximos goleadores españoles -como Iago Aspas y Gerard- del mismo modo que durante un tiempo se olvidó de Jordi Alba. A los independentistas, por cierto, les gusta mucho esta selección.

LA FAMILIA LAPORTA A LO SUYO.- Desde los Países Bajos llega la versión de que cuando los representantes de Wijnaldum (excelente en la Eurocopa) vinieron a Barcelona hace dos semanas tenían el mandato del jugador de que quería ser entrenado por Koeman para firmar por el Barça. No lo hicieron porque en aquel momento el hermano de Maite Laporta estaba perdiendo el tiempo dándole vueltas a la posibilidad de echar --después de ningunearle públicamente-- al entrenador holandés. Por eso el tren del fichaje de Wijnaldum pasó de largo. En cambio, después de que Koeman haya sido ratificado, el otro aspirante a trabajar con él, Depay, sí que fichará, incluso perdiendo dinero.

Depay supera al georgiano Abujarnia.

/ Maurice van Steen Efe/Epa

El hermano de Maite Laporta y primo de Marta Segú Estruch, a quien esos dos fichajes para cargos remunerados en las oficinas blaugranas no se le han escapado, parece ser poco consciente del desagrado de gran parte de los socios y seguidores ante la relajación ética. Es similar a la que ya le costó una moción de censura cuando dejó atrás el espíritu regenerador con que se presentó en su día montado en el Elefant Blau. Con todo, en estos tiempos de crisis siempre anima saber que hay una familia a la que le van bien las cosas.