Política exterior catalana

Una alianza mundial

La única utilidad del acuerdo es haberlo firmado con una gente de quienes ni sabemos nada ni queremos saberlo, puesto que ellos tampoco quieren saber nada nosotros

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, y el presidente del Congreso de Nueva Caledonia, Roch Wamytan, el pasado 4 de junio. / Marta Pérez / Efe

El acuerdo entre Catalunya y Nueva Caledonia es la acción más importante llevada a cabo por el 'governet' en los últimos años. Que tal cosa hable por sí sola de la inutilidad del 'governet' no empaña el valor de ese gran acuerdo internacional. El mérito es haber elegido el país o lugar o isla o lo que sea, adecuado: igual que no hay ni un solo catalán capaz de situar a Nueva Caledonia en el mapa, tampoco hay un solo habitante de tan exótico lugar que sepa dónde está Catalunya. Firmar un acuerdo bajo tales características de equidad supone empezarlo con buen pie. Podríamos añadir que hay tantos catalanes a quienes les importa lo que ocurra en Nueva Caledonia como caleidoscópicos -o como se llamen- a quienes importa lo que ocurra en Catalunya: cero.

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