Se mire como se mire, el abrazo de Iceta y de Cuixart es una noticia excelente, un apunte de sociedad, una nota a pie de página, nada, un instante, sin protocolos ni fuegos artificiales, pero a la vez una imagen altamente simbólica. No hay que olvidar que Cuixart es un preso político y que Iceta es un ministro del Gobierno del Estado que le ha condenado. ¿Previó Cuixart que su gesto desataría la avalancha de críticas furibundas que incluso han puesto en duda su liderazgo moral? ¿Era consciente Iceta que el abrazo también le reportaría exabruptos por parte de la caverna? Es muy probable, así lo quiero pensar, que ninguno de los dos, en ese momento, valorara las consecuencias del gesto, que simplemente fue producto del talante distendido, y al mismo tiempo decidido, del líder independentista y de una reacción natural del socialista.
Pros y contras
Un abrazo: apuntes de sociedad
El abrazo de Iceta y de Cuixart es una noticia excelente, un apunte de sociedad, una nota a pie de página, pero a la vez una imagen altamente simbólica
Jordi Cuixart y Miquel Iceta se saludan en la toma de posesión de Pere Aragonès com 132 presidente de la Generalitat de Catalunya /
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