Gestión de la crisis

Rescate es autorrescate

Si Pedro Sánchez se atreve por fin a firmar medidas de gracia, el gobierno Aragonès-Giró se podrán dedicar a salvar el doble 'gap' de la desorientación del país y batacazo económico

El vicepresidente del Govern en funciones, Pere Aragonès. / EFE / Quique Garcia

Tecnocracia, gestión, recuperación... Lo que más destaca en el nuevo Govern es la ausencia de pesos pesados de la política. Que todas las voces autorizadas de JxCat queden fuera del ejecutivo es un claro indicio del fin de las peleas. Parece, si no lo estropean desde fuera, que la primera preocupación de cada uno de los consejeros consistirá, no a posicionarse en un tablero político que no presenta síntomas alarmantes de inestabilidad, sino a demostrar día a día que son aptos para el cargo. La esencia del pacto o tal vez tregua consiste en el aplazamiento de las tensiones y el traslado de las que surjan al ámbito de los partidos. Los líderes parecen por primera vez conscientes de la necesidad de hacerse perdonar, en primer lugar por sus propios votantes y si puede ser por el resto de ciudadanos, los que ya no esperan nada de la Generalitat aunque sepan que cabría esperar no todo, pero sí bastante.