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Impuestos con demagogia

Los tributos son necesarios y los discursos que alegran los oídos, no; además de que pueden resultar un desastre para los servicios públicos

Isabel Díaz Ayuso, durante la entrega de trofeos del torneo de tenis Masters 1000, de Madrid.

La palabra lo dice todo: impuestos. No son ni voluntarios ni atractivos ni un invento actual. Desde los sumerios hace 6.000 años o el antiguo Egipto, donde se gravaba y controlaba todo, que se conocen. Hoy no llegamos a que los inspectores indaguen en nuestras cocinas para ver si empleamos aceite gravado como sucedía en la era faraónica, pero siguen siendo un elemento de disputa.