El dilema

La bolsa o la vida

Ese ha sido (y sigue siendo) el dilema imperante en pandemia: la bolsa o la vida. Una frase que suena al "ser o no ser" que nadie se atrevió a esgrimir en esa noche de juerga

Jóvenes de fiesta en la Barceloneta, tras el final del toque de queda. / Manu Mitru

Fue algo así como una Nochevieja, pero sin uvas ni cotillón. No cambiaba el año, pero como si. No cambiaba el siglo, pero como si. Era tan solo un cambio de estado. Un relevo. Una modificación de las reglas del juego. Hubo besos, abrazos y lluvia de mensajes en el móvil. Hubo brindis, jolgorio, desmanes y copeo hasta las tantas. Por lo demás, parece que no hubo ni globos ni confeti. Las únicas serpentinas fueron las que, invisibles, se desplegaban y me revolvían por dentro, un cosquilleo similar al de las famosas mariposas en el estómago de los momentos decisivos. Estábamos frente a un cambio cuyo alcance nadie se atrevía a predecir si no era a base de titubeos. Los pronósticos -más que pronósticos, pedernales- chocaban entre sí. Y del choque saltaba un festival de chispas.