La debacle provocada por el coronavirus ha vaciado las arcas públicas. Tanto que cobra fuerza la idea de un impuesto mínimo global para las multinacionales. Y además con apoyo de EEUU, lo que lo convierte en más factible. El regreso de la primera potencia mundial al multilateralismo supone una gran noticia. Y este es un primer indicio. Ciertamente, Joe Biden requiere recursos para su plan de infraestructuras de dos billones de dólares. Pero esa necesidad -llámenme interesado-, nos va bien a todos.