Rugen los motores de dos coches, situados frente al precipicio. En uno va un conductor novel, mientras el otro está ocupado por un viejo zorro. Pere Aragonès se atreve por primera vez con el azaroso juego de la gallina. Carles Puigdemont lleva años tentando la suerte y hasta ahora siempre le ha salido bien. Laura Borràs espera a que Puigdemont le guiñe el ojo para dar la señal. Las reglas son tan sencillas como drásticas: el primero que frene será considerado un gallina por los miembros de la banda. El que aguante más asumirá el papel de líder indiscutible. Puigdemont está seguro de ganar, pero no las tiene todas consigo. Hasta ahora, nadie le había tosido el liderazgo y no entiende como este ‘cigronet’ (garbancillo) –así llaman a Aragonès en las redes independentistas más curtidas– se atreve. El candidato a 'president' de la Generalitat está hecho un manojo de nervios, pero cree que ha llegado su hora y acaricia el acelerador. El viernes, Puigdemont ganaba en todas las encuestas, pero hoy los pronósticos son inciertos. Al principio, todo el mundo dudaba de que Aragonès aguantara la mirada de su contrincante, pero Puigdemont comprendió pronto que el hombre que tiene al lado tiene más agallas de las que aparenta su aspecto aniñado. Cuando vio que Aragonès mantenía la segunda sesión para el martes, comprendió que no había más remedio que jugar la partida hasta el final.
Tensiones en el independentismo
El juego de la gallina entre Aragonès y Puigdemont
Puigdemont necesita tiempo para culminar la operación de descrédito de Pere Aragonés que empezó hace tiempo
Carles Puigdemont, en rueda de prensa en el Parlamento Europeo. /
Lo más visto
- Pensionistas, solo cobraréis una parte de la paga extra en junio: esta es la razón
- Estas son las enfermedades que la yuca ayuda a combatir
- Los Mossos alertan de este método de robo: "Antiguo pero recurrente"
- ¿Qué es el muguet y de dónde viene la tradición de regalarlo el 1 de mayo?
- Condenada una aseguradora a pagar una indemnización de 13 millones de euros por "negligencia médica" en un parto en Galicia