Negociaciones para la investidura

Humillaciones e imposiciones con un país al fondo

ERC y JXCat luchan por maniatarse mutuamente, mientras fuera de la burbuja política, un país entero intenta sobreponerse a una pandemia

Pere Aragonès, en el Parlament. / EFE / Enric Fontcuberta

La XIIIª legislatura catalana va camino de convertirse en un estrepitoso gatillazo. La profecía no es tal, es una constatación y nada tiene que ver con que la investidura de Pere Aragonès salga adelante el próximo martes, en las próximas semanas o que se estrelle definitivamente y, una vez agotado el plazo de 60 días, se nos convoque de nuevo a las urnas.