Tras los disturbios en Barcelona

Vida de un contenedor

Cuando por fin todo el mundo conocía los rudimentos de la recogida selectiva y seguía los ecoconsejos, nos obligan a dar marcha atrás

Contenedores retirados del Eixample durante las protestas por la sentencia del juicio del ’procés’. Se escondieron bajo el puente de Marina / El Periódico

Oigo unos chillidos cortos y agudos y salgo al balcón. En la calle, desierta de noche por el toque de queda, algo se mueve en de la montaña de desechos. En esta hora se acumulan trastos, cajas de cartón, latas y botellas, pero sobre todo bolsas de basura. Algunas están desgarradas, con todos los residuos a la vista. Otro chillido y de pronto veo dos ratas que se pelean por un pedazo de pizza, o tal vez es un trapo sucio. Tampoco estoy seguro de las dos ratas: podrían ser una rata y una gaviota, o una paloma (pero no, a esta hora los pájaros ya duermen). Con unos prismáticos sería más fácil precisar esta escena de fauna urbana. Al cabo de un minuto llega un camión de la basura y, mientras dos hombres recogen todo, dos sombras pequeñas se escurren por la calle.