Un equilibrista en La Moncloa

Pedro 'Casi' Sánchez

El presidente más funambulista que ha habido jamás sabe que no le hace falta estar bien con nadie para poder pactar con todo el mundo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. / EUROPA PRESS / E. Parra

La política española implosiona, la derecha se devora y puede que no haya Govern hasta junio. Todo parece empantanado, el país se llena de tránsfugas, las mociones se suceden... pero si acercan un poco la cámara a este confuso y apocalíptico escenario y hacen un poco de zoom, verán a Pedro Sánchez repantingado en el centro del tablero fumándose un puro con una sonrisa en la boca.

Porque Sánchez puede ser frívolo, inconsistente, incumplidor, imprevisible y todos los defectos que ustedes quieran, pero nadie domina como él el sinuoso y complejo arte de la geometría variable. Lo sabe bien Pablo Iglesias, que ha tenido que salir de la prisión donde el presidente le había encerrado, pero a la vez Podemos depende dramáticamente de él, y no puede, aunque quisiera, romper la coalición. Juega con el indulto, ahora sí, ahora no, pero sabiendo que ERC, por mucho que se irrite, solo le tiene a él para balancear en Madrid la presión a la que le somete JxCat en casa. Arrimadas no le soporta, pero en su huida del PP, al Ciudadanos descompuesto solo le queda tirarse en brazos de este PSOE. Se desmarca de Otegui pero no lo suficiente como para que no le voten los presupuestos. A Casado, aparentemente en sus antípodas, lo tiene suficientemente cerca como para tener siempre en el horizonte, aunque nunca consumado, el pacto para reformar el Poder Judicial. Y es que, con Sánchez, cualquier pacto parece estar a punto de suceder, aunque nunca termine de sustanciarse, y cuando por fin se logra, parece estar a punto de romperse. Pedro es capaz de vivir en un “casi” constante, un perverso juego de espejismos donde los otros partidos no saben ni siquiera si son sus rivales o sus aliados.

El balanceo del presidente de una punta a otra del tablero, mecido por la mano silenciosa de Iván Redondo, es tan fuerte, que llega a parecerse al del barco pirata de Port Aventura: son las oscilaciones que van de ERC a Ciudadanos pasando por el PNV, pero curiosamente sin caer nunca por la borda. La pugna entre la derecha extrema de Ayuso y la extrema derecha de Vox es el último homenaje a su cuidada estrategia para que el PSOE se mantenga en el centro de la política. ¿Se caerá algún día de su fina cuerda el funambulista Pedro ‘Casi’ Sánchez? De momento, ha logrado esquivar la crisis territorial, la crisis pandémica, la crisis económica y la crisis monárquica. Casi nada. Y ahí sigue él, sin inmutarse, sabiendo que no le hace falta estar bien con nadie para poder pactar con todo el mundo.