No hubo sorpresas en el discurso de la flamante presidenta del Parlament, Laura Borràs. Puro relato procesista: no hemos hecho nada malo y la represión de la pérfida España ha caído sobre nosotros. A un lado, la herencia fascista y el autoritarismo borbónico. Al otro, la arcadia independentista asimilada a una idea única de Catalunya. Para los que no comparten el anhelo soberanista, ni agua. Solo el desprecio y la sospecha de no ser considerados parte de ese pueblo tan invocado. También hubo ninguneo hacia su antecesor, aquel Roger Torrent que en su primer discurso apostó por “contribuir a coser la sociedad catalana”.
Pros y contras
Respeto
No deja de ser contradictorio que Borràs lance un discurso contra el totalitarismo cuando la base del suyo es el desprecio a los que piensan diferente
Laura Borrás, elegida presidenta del Parlament. /
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