Se llamaba Jon Manteca. Durante las protestas estudiantiles de enero de 1987 que tomaron las calles del centro de Madrid, primero, y de algunas capitales del resto del país, el personaje se hizo enormemente popular. Vagabundo punk, mendigo, falto de una pierna y víctima de las secuelas cerebrales que se produjo a los 16 años al caer desde una torre de alta tensión tras sufrir una descarga que le provocó la amputación de la extremidad, Manteca saltó a las primeras páginas por encaramarse a las farolas y a los luminosos del metro de Banco de España, que destrozaba a muletazos. Aquello era digno de ver por la insólita facilidad del tipo para auparse a cualquier sitio. Cien mil manifestantes a los pies de la Cibeles, la policía repartiendo 'calor negro' y el hombre aquel haciendo añicos el cartel del banco central español, símbolo de la ostentación del poder financiero y del corazón económico del Estado.
El espíritu de Jon Manteca
De aquellas protestas callejeras de hace 35 años solo queda el espíritu del Cojo Manteca. El tipo de reivindicaciones que amparaba las acciones de aquel personaje ha desaparecido. Hoy son todos Jon Manteca
Jon Manteca, en una de las manifestaciones estudiantiles de 1987 en Madrid. /
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